Confieso que las líneas clásicas de esta berlina nunca me han atraído mucho ni me han hecho torcer el cuello para ver el coche que pasa en la calle. No es que la tercera versión de la Clase C de Mercedes Benz, sea un coche feo, ni mucho menos, pero mi preferencia es para los modelos que hacen referencia a la deportividad.
Confieso que las líneas clásicas de esta berlina nunca me han atraído mucho ni me han hecho torcer el cuello para ver el coche que pasa en la calle. No es que la tercera versión de la Clase C de Mercedes Benz, sea un coche feo, ni mucho menos, pero mi preferencia es para los modelos que hacen referencia a la deportividad.
En su interior, se conjugan materiales de gran calidad, casi todos con texturas muy agradables al tacto, que combinan el cuero, cromo y molduras de color negro brillante. Por un lado la racionalidad alemán, pone todos los comandos a la mano, pero por la otra, es probable que se necesite de un poco de tiempo para adaptarse y acostumbrase a estos comandos, ubicados en diferentes posiciones a los utilizados generalmente por la norma convencional en otros vehículos.
Al igual que en otros Mercedes Benz, y así como lo era en la anterior generación de la Clase C, el control de crucero y el limitador de velocidad también se desencadena por un comando vía satélite, colocado en la parte inferior izquierda de la columna vertebral, justo por debajo de los limpia brisas. En un comienzo todo parece un poco confuso, pero a medida que avanza el kilometraje, el conductor se acostumbra a la disposición de los instrumentos y entonces todo empieza a fluid de manera intuitivas. A pesar de ello, activamos el limpia brisas dos veces por error.
Es imposible dejar de señalar la gran ergonomía que ofrece el coche. Los asientos de cuero, son de alta calidad y muy acogedores. Los asientos delanteros, tienen ajustes de potencia para a la altura y el respaldo. Tal vez la gran falla, sigue estando en los ajustes manuales para conducción en carretera. No hay sensores de aparcamiento delanteros o traseros.
Por otra parte, uno de los aspectos más destacados, está en la cabina, en el volante multifunción de cuero, con un excelente agarre y textura en el acabado. El fabricante sabe que la sensibilidad viene primero.
A pesar de que estamos viviendo en un periodo en el que los motores están disminuyendo, es muy común escuchar comentarios despectivos sobre las especificaciones técnicas de la nueva Clase C. En nuestra opinión, se trata de un punto de vista que puede rayar en la herejía. El motor de 1.6 Turbo ofrece 156 Caballos de fuerza a 5.300 revoluciones por minuto y 25.4 Nm entre 1200 y 4000. Funciona con inyección directa de gasolina y cuatro boquillas con mayor flujo de potencia.
El propulsor va acoplado a una transmisión automática de siete velocidades y la tracción está de vuelta. Según la marca, los cambios realizados en el etanol, no cambiaron los sistemas originales del vehículo.
La nueva Clase C es muy agradable de conducir. La transmisión tiene cambios suaves, rápidos y un comportamiento que deja al conductor la sensación de dejar los demás coches a años luz de distancia. Es una lastimas que dude un poco en ciertas situaciones, como cuando se ajusta la velocidad de crucero a 50 kilómetros por hora. En esta situación, la caja retiene el coche en segunda velocidad, con alta rotación y en ocasiones llega a pasar a la tercera.
En las pruebas, el C 180 Flex, alcanzó los 100 kilómetros en 8.8 segundos. Menos de 9.4 segundos tardo en hacerlo en la versión de gasolina.
De serie, el coche viene con aire acondicionado automático, dirección asistida, trio eléctrico con función “one touch” para todas las ventas, siete airbags, frenos ABS con EBD, control de tracción y estabilidad, freno adaptativo con función de retención, volante multifunción, faros LED, control de crucero, limitador de velocidad, sensor de lluvia…
Por supuesto, si lo quieres conocer más a fondo, solo tienes que pinchar aquí.