Recordando el Mercedes AMG SLK55

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Con la aparición del SLC 43, hemos recordado en algunos de nuestros artículos al AMG SLK55, debido a que el 43 es el reemplazo del 55, lo que implica de paso la desaparición, por lo menos de las líneas de producción de este coche de tan grata recordación.

Con la aparición del SLC 43, hemos recordado en algunos de nuestros artículos al AMG SLK55, debido a que el 43 es el reemplazo del 55, lo que implica de paso la desaparición, por lo menos de las líneas de producción de este coche de tan grata recordación.

Debajo de su largo capó, que caracteriza al guapo y distinguido AMG SLK55, encontramos un súper poderoso motor de 5.5 litros V 8, que bombea 415 caballos de fuerza. Este motor, sumado a otras mejoras de rendimiento incorporadas en el AMG SLK55 hacen que este coche sobresalga del promedio de sus compañeros de clase.

Su transmisión de siete velocidades, y sus asientos con calefacción independiente, hacen que la vida sea muy agradable mientras se está a bordo de un AMG SLK55 cuando cae el techo rígido plegable y mientras se disfruta el sonido del escape.

Muchos conductores experimentados sostienen que, un motor especial puede hacer un coche especial. Los que conducen un AMG SLK55 de última generación, aunque no lo sepan sienten el poder del motor V8 y sus 415 caballos de fuerza.

El AMG SLK55 se erige como el único modelo AMG con su propio motor. Al igual que todos los motores V8 de AMG, este llega a la línea roja con7200 revoluciones por minuto. Alcanza fácilmente los 280 kilómetros por hora y 398 libras de torsión. La aceleración del AMG SLK55 no es tan rápida como para destronar al más rápido de los AMG, sin embargo no es para nada despreciable. Alcanza los cien kilómetros por hora en 4.1 segundos y el sprint del cuarto de milla lo hace en 12.5 segundos.

Los asientos son bastante cómodos y ofrecen gran confortabilidad cuando se atraviesan terrenos agrestes. La dirección está libre de puntos muertos, y la entrada en las curvas es clara, aunque se carece de retroalimentación. El coche en su conjunto, parece haber sido diseñado para viajar, más que para transitar la ciudad.

Sin embargo, si planea un viaje en un Mercedes Benz AMG SLK55, tenga en cuenta que el baúl, de 10 pulgadas cubicas, se reduce a seis con el techo retraído. Y cuando el techo está arriba, a la velocidad normal de crucero, hace un poco de ruido.

A pesar de que el arranque y la frenada son buenas, el consumo de combustible es un poco alto. 29 kilómetros por galón, lo que está un poco por encima de la calificación de la EPA.

En recorridos largos, en donde no es necesario frenar y arrancar constantemente, el rendimiento mejora ostensiblemente, llegando a 38 kilómetros por galón, lo que ya lo deja por debajo de la EPA.

Sin duda, lo que más impacta a los que encuentran un AMG SLK55 en un semáforo, e imaginan que están en la grilla de partida de un Gran Premio es el arranque y el sonido que produce. La expresión en los rostros de quienes ven y escuchan partir el motor de este coloso de la velocidad es algo que no tiene precio.

Es muy probable, que con la aparición del SLC 43, el Mercedes Benz SLK55 salga de las líneas de producción. Sin embargo, son muchos los que están recorriendo las calles y las autopistas, e igualmente son varios los que tenemos en nuestra sección de coches de ocasión, a precios realmente increíbles y en con las mismas condiciones, garantía, soporte y beneficios de nuestros coches nuevos.

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