Mercedes Clase S

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El nuevo Mercedes Clase S ha llegado marcando un antes y un después en la firma, en su saga y en el segmento en el que milita. Nadie es ajeno al drástico cambio generacional que ha llevado a cabo Mercedes-Benz, motivo por el cual no hemos desperdiciado ni un sólo instante para conocer de primera mano qué nos ofrece esta berlina de lujo cargada de tecnología, materiales de calidad y elegancia en cada detalle.

Nuevo Mercedes Clase S, no sólo un cambio generacional

Es una berlina del segmento F, a partir de aquí todos y cada uno de nosotros somos capaces de imaginar unos mínimos necesarios que se dan por hecho en esta clase de automóviles. No voy a entrar en detalles sobre su gama de propulsores, no voy a explicar precios, ni su impresionante lista de posibilidades en equipamientos. Voy a centrarme en las sensaciones, esas que se transmiten en el primer contacto y que difícilmente nos abandonan con el tiempo.

Tal y como he comenzado este artículo, lo primero que hice antes de sentarme en el nuevo Mercedes Clase S fue acomodar mis posaderas en las dos generaciones anteriores del Clase S. En ambas generaciones quedaba claro que la tecnología y la calidad eran señas de identidad absolutas por encima de otras muchas, pero quizás se vislumbraba una excesiva sobriedad que no terminaba de llegar al público al que ahora Mercedes-Benz quiere llegar. Esta idea es un hecho que marcó a la firma por mucho tiempo.

Sin embargo, nada más acomodarme en el asiento del conductor del nuevo Mercedes Clase S descubro que las dos pantallas LCD de 12,3 pulgadas me invitan a pensar que no estoy ante el cuadro de instrumentos de un automóvil convencional, ahora hablamos de una definición superlativa del infoentretenimiento. Su diseño bien recuerda a la implementación de dos tablets al uso en el salpicadero, pero su integración y visualización es magnífica desde cualquier ángulo, inclusive los asientos traseros.

A nivel de diseño son las pantallas mencionadas las grandes protagonistas, pero un nuevo salpicadero con aireadores integrados y una gruesa simplificación de los mandos ofrecen una limpieza estética que gusta. El gobierno de todos los sistemas se realiza desde el mando giratorio que acompaña al reposabrazos central. Es sencillo e intuitivo, aunque goza de innumerables funciones para personalizar y gestionar hasta el más mínimo detalle de confort, multimedia, control motor, etc. Quizás demasiado “gadget” para cierto tipo de clientes.

Me traslado a los asientos traseros para descubrir unas butacas muy confortables con múltiples reglajes eléctricos que te invitan a contratar a un chófer para que te lleve día sí, día también. Siendo sinceros ésta es la verdadera esencia de un Clase S por muy atractivo que sea conducirlo. La calidad de los materiales y las terminaciones goza de un nivel muy alto, buscando posibles defectos más escondidos a la vista encuentro igualmente un especial cuidado en cada detalle, como si aquí no se quisiese esconder nada. Piel, remates, costuras, cromados e inserciones en madera hacen gala de un ajuste milimétrico que ofrecen su mejor imagen en la integración del sistema de sonido firmado por Burmester en cada puerta.

Relajado en el asiento trasero izquierdo advierto que la nueva apuesta de Mercedes-Benz por ofrecer un salto generacional más marcado va más allá de la estética de sus elementos. El concepto “ambiente” es quizá otro factor crucial del nuevo Mercedes Clase S, y el cómo encontrar diferentes ambientes se consigue ofreciendo un habitáculo completamente personalizable que además ve como su carácter puede cambiar a merced de una iluminación LED adaptable que recorre todo el habitáculo a través de una línea continúa que subraya puntos y áreas específicos. Gracias a una paleta que ofrece siete tonalidades distintas, el confort “spa” parece pasar a puro carácter y, viceversa, en décimas de segundo.

El cambio está más allá de los detalles

Un punto interesante de esta primera cita fue descubrir lo transparente que es la verdadera capacidad tecnológica del Mercedes Clase S para sus ocupantes en la fila trasera. Si quieres enterarte de todo lo qué es capaz este vehículo tienes que acomodarte, mínimo, en el asiento del copiloto y tomar el control del mando giratorio de su sistema de infoentretenimiento. Detrás todo está más enfocado al confort y al entretenimiento.

Me bajo del nuevo Mercedes Clase S con la seria convicción de que la firma de la estrella ha conseguido respetar la esencia de los cánones clásicos de este automóvil, pese a la implementación de una imagen más tecnológica y una nueva línea de diseño que confiere dinamismo más allá de sus majestuosas proporciones. El nuevo rumbo es palpable y, a priori, es aceptado por la amplia mayoría de los que han podido acomodarse a los mandos del nuevo Mercedes Clase S. Sin embargo, ¿Será esta nueva generación un producto tenido en cuenta por un anterior comprador de la marca?

Existen dudas, claro está, ya que el factor visual “gadget” sobrevuela alrededor de su nuevo sistema de infoentretenimiento coronado con sendas pantallas de amplia diagonal. ¿Es un cambio radical el de este nuevo Mercedes Clase S? Yo me aventuraría a definir este nuevo Mercedes Clase S como una respuesta lógica a lo que debe ser una berlina del segmento F en el mercado y capacidad tecnológica actual, dejando a un lado claramente lo que la historia de una berlina y su situación como producto obligan a respetar generación tras generación.