El nuevo Mercedes AMG GT S ya no tiene las alas de gaviota. Lo cierto es que el coche se lanzó en picada con dos versiones: En primer lugar el GT S, con un motor que le da 503 caballos de fuerza, 4 litros, V8 biturbo y una transmisión automática de siete velocidades. Un segundo modelo, un poco más moderado, viene con una potencia de 456 caballos y con una diferencia en su diseño, marcada por la ventana trasera.
El nuevo Mercedes AMG GT S ya no tiene las alas de gaviota. Lo cierto es que el coche se lanzó en picada con dos versiones: En primer lugar el GT S, con un motor que le da 503 caballos de fuerza, 4 litros, V8 biturbo y una transmisión automática de siete velocidades. Alcanza los 100 kilómetros por hora en increíbles 3 segundos y su velocidad máxima es de 310 kilómetros por hora.
Un segundo modelo, un poco más moderado, viene con una potencia de 456 caballos y con una diferencia en su diseño, marcada por la ventana trasera.
Es un automóvil hermoso por derecho propio y por herencia. Tiene un cierto aire a SLS en la parte delantera, en tanto que en la trasera parece un aspirante a la familia Porsche lo que nos indica que hay una mezcla de ADN.
El doble turbo V8 es tan compacto que se encuentra varias pulgadas atrás de la línea de eje. Mercedes Benz podría haber hecho fácilmente el GT S, un par de pies más corto, pero es probable que no deseen que el coche se vea disminuido frente a sus hermanos SLS AMG, o a sus competidores Porsche o Jaguar.
La cabina del GT S viene con mejores acabados y mejores equipos que el SLS. La nueva puerta en la parte trasera hace que sea mucho más práctico. Más allá de las puertas de ala de gaviota, que no se extrañan mucho, el vehículo resulta agradable y cómodo.
El V8 es sin duda el motor más carismático del fabricante alemán. En el GT S, es muy silencioso, lanzando de cuando en cuando unos truenos que solo tienen por objeto revelar su poder y su potencia.
La caja de cambios de doble embrague de la serie AMG, no resulta tan refinada como la de PDK de 911 de Porsche.
El GT S, sin embargo, no puede competir con el 911 en la agilidad en los terrenos planos, que es el atributo fundamental de los automóviles deportivos. A velocidades regulares, el coche se siente grande y amplio. En carreteras de montaña, más exigentes, moviéndose más rápido, el GT S se adhiere a la carretera y toma las curvas con seguridad.
Es un coche muy emocionante, visceralmente emocionante. En la presentación (que se hizo junto a Porsche y Jaguar), atrajo una multitud cada vez que tuvimos la oportunidad de registrar el hecho.
Junto a sus rivales teutones, el Jaguar se siente brusco, tosco… sin pulir y un poco mal educado. No resulta para nada emocionante, por el contrario un poco aburrido. La dureza de la suspensión no gusta mucho y ello hace que sea apto solo para autopistas de última generación en perfecto estado. En la cabina, el espacio para conductor y pasajeros se siente escaso y apretado.
La gran sorpresa viene cuando se levanta el pie del acelerador en el modo dinámico. Se recibe una descarga de contaminantes orgánicos, persistentes y acompañados de explosiones que suenan como si usted estuvieses conduciendo un pelotón de funcionamiento embriagado.
El Jaguar puede llegar a ser emocionantes, si se recorre el camino correcto y a muy altas velocidades. Es entonces en donde la palanca de cambios se hace más suave.
Aunque la cartilla nos dice que los dos coches, pertenecen al mismo segmento y son competidores, creemos que no es así. El Mercedes AMG GTS, sin duda arrastra la clase y el diseño de sus ancestros. No es perfecto, pero sin duda no niega su ADN Mercedes.
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